Ecuador atraviesa una coyuntura crítica marcada por la profundización de políticas neoliberales fallidas y el alarmante incremento de la represión estatal. Una dinámica que exacerba el descontento popular.
El gobierno de Daniel Noboa, un «cóctel explosivo» de tendencias autoritarias y ultraliberales, optó por un plan de ajuste fiscal que debilita al Estado y favorece a las élites, mientras la ciudadanía es llevada a extremos de desigualdad y pobreza.
En este contexto, la militarización de las calles y el intento de silenciar la disidencia confirman que la Represión estatal agrava crisis social ecuatoriana, y origina escenarios de intensa confrontación social.
El analista internacional Juan Alberto Sánchez Marín, en una reciente entrevista concedida a HispanTV, expresa su opinión sobre la reciente crisis social ecuatoriana.
El resurgimiento del saqueo neoliberal en Ecuador
Históricamente, los gobiernos ecuatorianos han insistido en la aplicación de la misma fórmula de políticas que, lejos de solucionar los problemas estructurales, resultan perjudiciales para la calidad de vida de la población.
Las organizaciones sociales convocantes a las movilizaciones actuales hacen referencia a un nuevo ciclo de saqueo neoliberal.
El presidente Noboa ejecuta de manera obstinada estas políticas, incluyendo un plan de privatización y de desregulación económica que ocasiona el empequeñecimiento y debilitamiento del Estado.
Estas medidas, que jamás funcionaron en las peores épocas del liberalismo latinoamericano, solo parecen servir para enriquecer a élites que son las verdaderas favorecidas del sistema.
Como resultado, la deuda pública del país no cesa de crecer. Supera ya el 40% del Producto Interno Bruto (PIB). Los préstamos pactados con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se traducen en la implementación de severas políticas de austeridad, y en recortes dolorosos a los derechos sociales y a los servicios públicos.
A esto se suma el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12% al 15%, una medida que impacta a las clases más pobres. La pobreza y la desigualdad aumentan, y la crisis energética se vuelve cotidiana.
Es evidente que estas decisiones, impulsadas por un magnate bananero que protege los intereses de su clase, no atienden las necesidades de las poblaciones vulnerables que hoy expresan la desesperación.
Nodo estratégico del crimen global
La crisis social en Ecuador no puede entenderse sin el telón de fondo de la violencia y la penetración del crimen organizado transnacional. El país dejó de ser un lugar de tránsito y se convirtió en un nodo central estratégico del crimen organizado global, que alberga carteles de diversas partes del mundo.
Una de las claves que explican la alarmante realidad de Ecuador es la combinación de una economía dolarizada con la existencia de instituciones débiles, en especial en el ámbito judicial.
Ecuador se ha configurado como un «lavadero ideal» para las mafias transnacionales, que operan mediante empresas fantasma y de papel.
La ineficacia del sistema de justicia es clara. Entre 2015 y 2022, Ecuador promedió solo dos sentencias por lavado de activos, una cifra alarmantemente baja incluso, en comparación con el promedio de 30 sentencias de Colombia y Perú. Esta debilidad institucional fomenta un ambiente de violencia y crisis sistémica.
Represión estatal agrava crisis social ecuatoriana
La respuesta del Gobierno ante la inconformidad social generalizada ha sido la de ejercer el poder por decreto, y actuar como un «dictadorzuelo» en un país polarizado.
La directora para las Américas de Amnistía Internacional manifestó su preocupación ante la información recibida sobre las acciones del Ejecutivo dirigidas a silenciar la disidencia y a favorecer la impunidad.
Las movilizaciones de la población se enfrentan con militarización. Las fuerzas armadas y la policía nacional dirigen la fuerza represiva contra sus propios compatriotas de origen y clase.
Lo hacen en favor de los círculos corruptos y de élites que han traicionado y vendido al país. La pregunta que surge entre analistas y la propia ciudadanía es por qué estas mismas fuerzas no están disponibles para enfrentar la inseguridad creciente, secuestros, atracos, y la descomposición que vive el país.
Mientras el gobierno continúe actuando mediante la represión y entregando los intereses nacionales a corporaciones e intereses extranjeros, sobre todo, estadounidenses, lo que se desencadenará es una intensa confrontación social que apenas inicia.
Es claro que la crisis social ecuatoriana empuja a la población a revueltas de desenlace incierto.
Proyecto político y ajedrez geopolítico
El gobierno de Noboa no solo utiliza la fuerza para contener la crisis. También, busca reconfigurar el marco legal y político de la nación para adaptarlo a los intereses de su clase.
Uno de los movimientos más preocupantes es el intento de convocar una asamblea constituyente para desmantelar la progresista Constitución de 2008. Esta propuesta atenta contra los derechos de la naturaleza, lo cual se explica por ir en contravía de los planes neoliberales de extracción de recursos.
Y es un ataque directo a los derechos de las clases populares, incluso, el ejecutivo ve a la Corte Constitucional como un contrapeso y actúa contra ella.
En el ámbito geopolítico, la situación se complica con la convocatoria a un referendo para el 16 de noviembre, donde se someterá a votación la posible existencia de bases militares de Estados Unidos en el territorio.
La instalación de bases militares de EE. UU. es considerada un asunto delicado, ya que ubica a Ecuador como un contrapeso de los grandes proyectos regionales, como la Ruta de la Seda de China.
Aunque la justificación oficial para estas bases es el combate al crimen organizado, la realidad es que su objetivo subyacente sería combatir la inconformidad interna y servir como mecanismo de control de los recursos de la región, y de los gobiernos que no sigan las directrices de Washington.
Todo esto indica que la represión estatal agrava crisis social ecuatoriana y que la inconformidad social continuará creciendo en un país atrapado entre las políticas de austeridad y la influencia extranjera.
Ver también
Entrevista original en HispanTV:





