¿Qué Opinas? episodio producido para el canal internacional HispanTV. El programa busca la respuesta de algunos ciudadanos sobre las órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant.
El 21 de noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Asuntos Militares, Yoav Galant. Esta decisión es descrita como la culminación de un proceso de investigación acucioso, con cargos específicos que incluyen crímenes de guerra como la inanición de civiles y ataques intencionales a la población de la Franja de Gaza.
La reacción internacional ha sido mixta, con algunos considerándola una victoria «simbólica y moral» para las víctimas, mientras que países como Estados Unidos han adoptado una postura hostil y de oposición, llevando el debate a un plano diplomático y legal a nivel global.
CPI emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant, su exministro de defensa
El 21 de noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Asuntos militares, Yoav Gallant.
El 21 de noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Galant.
Esta decisión no fue repentina, sino la culminación de un proceso de investigación acucioso.
La Corte identificó la responsabilidad penal directa, tanto de Netanyahu, como de Galant, en calidad de coautores, por actos cometidos conjuntamente con otros.
Los cargos específicos incluyen el crimen de guerra de inanición, crímenes de lesa humanidad, y ataques intencionales contra la población palestina de la franja de Gaza.
La Corte estableció que su jurisdicción territorial se extiende a los territorios ocupados por Israel desde 1967, es decir, Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental
El incumplimiento occidental de las órdenes de detención contra Netanyahu y Galant
Las órdenes de detención de la Corte Penal Internacional contra Netanyahu y Galant han sido consideradas como una victoria simbólica y moral de los palestinos.
Pero hay una distancia grande entre lo que representa el fallo judicial y la realidad.
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia, Estados Unidos adoptó una política alineada con la entidad sionista y hostil contra la Corte.
De la oposición retórica se pasó a una ofensiva legal y económica directa.
La posición estadounidense, por supuesto, afecta las posibilidades de concreción del fallo en la realidad.
Para la Corte, los 124 estados que son parte del Estatuto de Roma están obligados a ejecutar las órdenes si los acusados ingresan a su territorio.
Aunque los países miembros de la Unión Europea están obligados a respetar la decisión, varios se niegan a aplicar la sentencia.
El rechazo de Estados Unidos al dictamen de la CPI y al sistema jurídico internacional
Marco Rubio, el secretario de Estado estadounidense, calificó a la Corte como una «amenaza para la seguridad nacional”, y como un instrumento político «secuestrado» por enemigos de Estados Unidos e Israel.
Rubio señaló a la Corte de ser un instrumento de guerra legal (“lawfare”).
Estados Unidos llegó al extremo de sancionar a varios jueces de la Corte.
De acuerdo con esta visión, la defensa de la soberanía estadounidense exigía no solo ignorar a la Corte, sino desmantelar su capacidad operativa.
Lo que se pretende es que la Corte no pueda investigar no solo a ciudadanos de Estados Unidos, sino de sus aliados estratégicos.
Sea como sea, la medida constituye un «ataque flagrante» a la independencia judicial, y una afrenta a las víctimas de atrocidades masivas, en este caso, para los palestinos.
La acusación de antisemitismo como respuesta a las críticas a los crímenes del ejército israelí
Israel criticó con dureza la decisión de la Corte Penal Internacional y la calificó de antisemita.
Algo que no es de extrañar, toda vez que cualquier cuestionamiento a su política de agresión y
a las acciones bélicas es calificada así por los israelíes.
La administración estadounidense de Donald Trump, que respalda el genocidio de Israel contra
los palestinos, también condenó la orden.
En realidad, es un mecanismo de defensa retórico que busca desviar la atención de los hechos jurídicos.
Expertos, incluidos exfuncionarios israelíes, señalan que criticar crímenes de guerra específicos, como bloquear ayuda humanitaria, no es atacar al pueblo judío.
Apenas se trata de exigir que un gobierno rinda cuentas bajo las mismas leyes que aplican al resto del mundo.
Cobertura mediática: ¿han dado los medios suficiente espacio a las órdenes de arresto de la CPI?
Podría decirse que la cobertura mediática ha sido intensa pero, también, puede afirmarse que ha sido superficial.
La información se ha centrado más en el drama diplomático que en la propia evidencia forense.
Los titulares y las discusiones se centran en las reacciones de Trump, en tal o cual frase de Trump, o en las peleas entre embajadores.
Sin embargo, brillan por su ausencia los detalles del expediente sobre la inanición en Gaza.
En la mayor parte de los medios occidentales, la narrativa oficial israelí a menudo eclipsa los hallazgos judiciales.
Las órdenes de arresto, por ejemplo, son presentadas como una disputa política opinable, en lugar de una acusación penal basada en pruebas severas de exterminio y persecución.
El peso real de la Corte Penal Internacional: ¿enfrentarán Netanyahu y sus aliados la justicia?
Israel no respeta las investigaciones, los llamados ni las resoluciones de Naciones Unidas ni de ningún organismo internacional que lo cuestione.
Israel comete los crímenes con la impunidad que le otorga el respaldo de Estados Unidos, las potencias europeas y el sionismo internacional.
Es poco probable que lleguemos a ver a los criminales israelíes tras las rejas.
Sin embargo, el peso simbólico y diplomático es devastador.
Netanyahu se ha convertido en un ‘prisionero’ en la propia entidad sionista y en unos pocos Estados aliados.
La Corte Internacional de Justicia adelanta un proceso paralelo contra Israel por el delito de genocidio.
La Israel se ha convertido en una entidad paria ante gran parte de la comunidad internacional y la opinión pública global.
Poder vs. Justicia, la ley es una ilusión
La ley es clara y contundente: matar de hambre a una población es un crimen sin justificación.
Pero la realidad del poder es cruda.
Las alianzas militares y los intereses económicos blindan a criminales de las consecuencias de sus actos.
En los territorios ocupados está en juego la vigencia misma del Derecho Internacional Humanitario.
Si las órdenes contra los genocidas se ignoran indefinidamente, el mensaje para el mundo es claro:
El mensaje de que la justicia universal es solo una ilusión reservada para los débiles, mientras los poderosos reescriben las reglas a su antojo.
Ver también
Episodio original en HispanTV:
Órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant, un año después | ¿Qué opinas?
