En este análisis geopolítico, basado en las reflexiones vertidas en HispanTV por el analista Juan Alberto Sánchez Marín, se aborda la constante obsesión de las potencias occidentales, y, en particular, de los sionistas, con la capacidad de misiles y drones iraníes.
Sánchez desglosa estas intencionalidades de carácter imperial y denuncia que los pronunciamientos sobre el alcance de los misiles iraníes, especialmente, en medio de diálogos rotos, solo persigue un objetivo: la dominación.
Subraya que la persistencia en este relato es una táctica que antecede a las agresiones. «Es crucial seguir difundiendo esta realidad», señaló.
Misiles y drones iraníes son obsesión imperialista
La gran obsesión de las fuerzas imperialistas y, sobre todo, de los sionistas, son los misiles y los aviones no tripulados de Irán.
La preocupación no es nueva: fue uno de los principales motivos de ira de Netanyahu tras la firma del Plan de Acción Integral Conjunto (pacto nuclear de 2015), dado que dicho acuerdo no incluía restricciones sobre la capacidad misilística ni sobre los drones.
Esta denuncia subraya que la verdadera intención detrás de las presiones occidentales no es la seguridad, sino el control total y la sumisión de la República Islámica.
Un Irán indefenso
La razón detrás de esta obstinación es elemental: Israel y los líderes de las potencias occidentales requieren un Irán desprotegido.
La República Islámica tiene claro que su supervivencia depende y dependerá siempre de la potencia de su capacidad defensiva, cuyo sostén se encuentra en el desarrollo misilístico.
“La verdadera obsesión de las potencias imperialistas no es la seguridad global, sino desarmar a Irán para someter su soberanía.”
La exigencia de incluir esta capacidad iraní en las negociaciones de la pasada administración de Biden fue un punto que impidió cualquier avance, movido por la cofradía sionista y Netanyahu.
Si Irán hubiera aceptado estas imposiciones o peticiones absurdas y tramposas, hoy sería una nación fragmentada y vulnerable, algo similar a Siria, una tierra de nadie donde los sionistas «hacen de las suyas» con bombardeos indiscriminados.
Tácticas de presión y soberbia
Las exigencias de los imperialistas y sionistas se caracterizan por ser burdas o rudimentarias, lo que es producto de mucha soberbia.
Es inaudito que se espere que un país que ha demostrado dignidad y soberanía a lo largo de las décadas acepte semejantes reclamaciones.
Las agresiones de estas élites occidentales comienzan siempre en el discurso y el relato; estos funcionan como tanteos para explorar el terreno antes de lanzar ataques o invasiones.
En este sentido, la narrativa no tiene que ver con la realidad, poco importa si los misiles son hipersónicos o cohetes de feria.
Lo que realmente importa es amedrentar y ejercer presión contra países autónomos e incómodos que no se arrastran ante las pautas de Washington y de los sionistas israelíes, europeos y estadounidenses.
El equilibrio global y la resistencia
Irán resulta un país molesto para Estados Unidos y para la entidad sionista de Israel porque no se doblega a las presiones; por el contrario, encarna una fuerza que se contrapone directamente a sus intereses de dominio en la región.
Un aspecto crucial es que la integridad y dignidad iraní se extienden más allá de su propia superficie, ofreciendo apoyo y solidaridad, y como modelo a seguir, lo cual choca con los fines de expansión y control de estas fuerzas.
La resistencia de Irán y del «mundo progresista» tiene que impedir que Occidente desvíe su obstinado camino, pues hoy es Irán, pero mañana será otro u otros países.
Asistimos a una coyuntura significativa, que impulsa un indispensable equilibrio global con reglas de interrelación marcadas por la solidaridad y una cooperación para el crecimiento mutuo. Un modelo diferente al sometimiento que caracteriza a las potencias occidentales.
