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Irán defiende las buenas relaciones entre naciones

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Geopolítica en el Cáucaso Sur: Irán defiende las buenas relaciones como estrategia frente a injerencia externa.

El análisis de Juan Alberto Sánchez Marín sobre el papel de Irán en el Cáucaso Sur revela una estrategia dual: por un lado, Irán defiende las buenas relaciones entre las naciones y muestra un compromiso inquebrantable con la estabilidad, la cooperación vecinal.

Por otra parte, la república islámica plantea una vigilancia crítica y una fuerte oposición a las intervenciones extranjeras percibidas como desestabilizadoras y malintencionadas. 

La dinámica regional se presenta como una lucha constante entre la búsqueda de integración autónoma y los intentos de hegemonía foránea, donde la postura de Irán es la de defender su soberanía y la de sus vecinos contra cualquier intento de manipulación geopolítica.

🔺‘Irán siempre ha defendido las buenas relaciones entre naciones’ dXmedio.

Irán defiende las buenas relaciones entre naciones

La región del Cáucaso Sur, un cruce de caminos geoestratégico y de vital importancia, se ha convertido en un escenario complejo donde convergen intereses nacionales y foráneos. 

En este contexto, la nación persa, según la perspectiva de Sánchez Marín, director de dxmedio.com, juega un papel clave en la promoción de la paz y la estabilidad regional, abogando por la no injerencia extranjera y el fomento de buenas relaciones entre naciones vecinas.

La postura iraní: un agente estabilizador y promotor de la integración

Irán ha sostenido históricamente una política exterior centrada en la defensa del «buen vivir de sus vecinos» y la estabilidad en Asia Occidental, sin buscar ni aceptar injerencias.

En el caso particular del Cáucaso Sur, esta política se materializa en un rol de «agente estabilizador”. A pesar de las serias diferencias entre países como Armenia y Azerbaiyán, Irán ha mantenido relaciones diplomáticas y comerciales con ambos, demostrando la voluntad de tender puentes.

Un ejemplo palpable de esta estrategia integradora es su participación en la Unión Económica Euroasiática (UEE), de la cual también forman parte Armenia y Azerbaiyán.

Un reciente acuerdo de libre comercio entre Irán y la UEE busca facilitar el comercio mediante la eliminación de aranceles aduaneros para más de nueve mil categorías de productos de exportación persas, lo que subraya el compromiso de este país con la cooperación económica regional y el desarrollo mutuo.

Las visitas del presidente Masud Pezeshkian a Armenia y Bielorrusia están destinadas a reafirmar y expandir estos acuerdos de cooperación, consolidando el afán por la buena vecindad.

Desafíos y amenazas: la injerencia extranjera y sus motivaciones oscuras

El panorama regional, sin embargo, está marcado por una dinámica compleja y la presencia de «actores tras bambalinas» con intenciones «perversas y alevosas”. La búsqueda de una paz regional, que sería beneficiosa para todos, se ve amenazada por estos intereses ocultos.

Sánchez Marín señala que la participación de países extranjeros en la región, en especial cuando estos «agitan ríos revueltos» para su propio beneficio, genera profundas sospechas. La intervención de Estados Unidos es inaceptable, y la participación del presidente Trump como un promotor de acuerdos de paz, por su misma naturaleza, despierta las alarmas.

Más preocupante aún es la identificación de actores con «finalidades oscuras» que, según el analista, ejecutaron traiciones en otros contextos, como Siria. Entre tales actores figuran, por supuesto, Estados Unidos, Turquía, y «la entidad sionista de Israel”.

Se trata de países que buscan ampliar sus esferas de intervención e influencia con la obsesión de «debilitar a Irán y desgastar a Rusia”. Sus acciones pueden interpretarse como un intento de aislar a Irán; romper su integración con Rusia, Georgia y Armenia; deshacer proyectos estratégicos como la «Nueva Franja de la Ruta de la Seda”, o apuntalar la presencia estadounidense en una región prioritaria.

Desde esta perspectiva, lo que se presenta como rutas de integración o tratados de paz puede ser, en realidad, «una jugada geopolítica» llevada a cabo con el propósito de socavar la autonomía regional y manipular las dinámicas de poder.

Necesidad de lealtad y defensa de la soberanía

Irán, consciente de la necesidad de un entorno ideal para el desarrollo de los países y sociedades, demanda «buenos y leales vecinos”. La buena voluntad de Irán, en este sentido, no está en discusión, y es respaldada por las constantes muestras de afán de una vecindad en armonía. 

No obstante, la realidad geopolítica impone la cautela ante los «intereses de toda clase, foráneos, de hegemonía y de codicia» que operan en el Cáucaso Sur, una región con «atracciones económicas, geopolíticas y geoestratégicas”.

La pregunta central que emerge, es: «¿hasta qué punto se podrá mantener la condición de no injerencia extranjera?”. La república islámica considera que esta región es prioritaria y ha dejado claro que «no va a permitir, bajo ninguna circunstancia, que se socaven sus intereses y la estabilidad regional» por parte de estos actores.

La resistencia a tales maniobras es fundamental para la seguridad y se enmarca dentro de la visión iraní de un Cáucaso Sur autónomo y próspero.

Ver también

Entrevista original en HispanTV:

‘Irán siempre ha defendido las buenas relaciones entre naciones’

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