Este análisis de Juan Alberto Sánchez Marín, director de dXmedio.com y politólogo, sobre América Latina bajo la amenaza estadounidense con su masivo despliegue militar de Estados Unidos en la región del Caribe.
La tesis principal que aborda Sánchez Marín es que el actual militarismo estadounidense no es un evento aislado ni se dirige solo a gobiernos específicos como el de Nicolás Maduro en Venezuela o Gustavo Petro en Colombia, sino que representa una amenaza general para toda Latinoamérica.
Este enfoque busca descifrar la intención de Washington de revivir tácticas de intervención históricas, conocidas como la diplomacia de cañoneras, y la necesidad urgente de una respuesta regional unificada.
América Latina bajo la amenaza estadounidense
Se observa un intento de regresar a una doctrina de intervención continental que no distingue fronteras, pues la amenaza cubre el continente entero del Río Bravo a la Patagonia.
Estados Unidos busca establecer un patente de corso para justificar la intervención militar en América Latina, restaurando la táctica de la diplomacia de cañoneras que fue característica de finales del siglo XIX, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, utiliza una retórica bélica que constituye una amenaza para la región.
Los líderes latinoamericanos entienden que cualquier agresión contra Venezuela se considera una agresión contra toda América Latina y el Caribe, dentro de este panorama, todas las naciones de la región están bajo la amenaza de estas acciones que emanan desde Washington.
La amenaza continental, más allá de Caracas
El militarismo exhibido en el Caribe constituye una amenaza directa para toda la región, la retórica belicista de la Administración estadounidense no se limita a un objetivo particular, como podría ser el presidente venezolano, Nicolás Maduro, o el mandatario colombiano, Gustavo Petro.
Se trata de una doctrina de intervención que abarca toda la geografía, buscando intimidar a los países de la zona, este enfoque ampliado exige una respuesta colectiva para contrarrestar el aventurismo norteamericano.
El vínculo despliegue militar-riquezas nacionales
El foco de la tensión se encuentra en el Caribe, donde Washington ha realizado un despliegue militar masivo, alegando que su propósito es combatir el narcotráfico.
Aún así, la tensión es el titular principal de la prensa mundial, en medio de condenas globales hacia el militarismo estadounidense.
El gobierno venezolano niega cualquier nexo con el narcoterrorismo y advierte que la verdadera intención de Estados Unidos es derrocar al gobierno para apoderarse de las riquezas del país bolivariano, incluidos el oro, el petróleo y el gas.
En octubre, se reveló que Trump autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) realizar acciones encubiertas en Venezuela.
Venezuela ha acusado a Estados Unidos de terrorismo psicológico y rechaza ceder ante presiones que atenten contra su soberanía e independencia.
La búsqueda de un patente de corso
Sánchez señala que Estados Unidos lo que pretende es volver a la diplomacia de cañoneras.
Esto implica la intención de establecer un patrón de comportamiento que le permita una intervención militar en cualquier punto de América Latina, es un intento por recuperar el liderazgo perdido en la zona a través de la intimidación.
«Estados Unidos amenaza a América Latina no por drogas o democracia, sino por recursos como petróleo, minerales, Amazonía y control geopolítico.»
Respuesta colectiva y sinergia regional
Se ha de reconocer que Estados Unidos ya no posee el poder económico, militar, comercial, o financiero que tuvo en otros momentos históricos.
Los países de la zona poseen la capacidad de contrarrestar las presiones y agresiones de Washington. La clave reside en articular acciones colectivas y sinérgicas para resistir la presión estadounidense, Venezuela, por su parte, ratifica la defensa férrea de sus recursos energéticos frente a Estados Unidos.
Es crucial que la región asuma una postura conjunta, dado que la agresión contra un solo Estado se interpreta como una amenaza dirigida a la totalidad de América Latina y el Caribe.
Las acciones de contención contra esta diplomacia intervencionista son comparables a cuando una flota naval más pequeña, pero coordinada y con conocimiento del terreno, logra resistir la avanzada de un buque de guerra mayor, aprovechando su agilidad y la debilidad en la cadena de suministro del gigante.
La fuerza de la unidad supera el músculo individual que busca imponer su voluntad.
Ver también
Entrevista original en HispanTV:
‘Latinoamérica, bajo la sombra de nueva diplomacia de cañoneras de EEUU’





